Haciendo unos recados por la zona, fiché este pub irlandés. Ni idea tenía y eso que son mi predilección. Asi que, cuando terminamos, nos acercamos al local. Nada mas entrar me impresionó lo amplio que es. Zona de mesas a la derecha con una enorme televisión donde ponen deportes, y a la izquierda, una serie de bancos con sus mesas, mas reservados e íntimos, con paneles de separación. En el centro, frente a la puerta de entrada, la barra. Todo el local en madera, muy al estilo de un típico pub irlandés, con muchísimos detalles por todas partes, tallas, cuadros con fotografías en blanco y negro antiguas, símbolos, escudos de equipos de origen ... Me encanta la iluminación del local. Tenue y a su vez cálida, lo que te hace disfrutar del ambiente y de la decoración, a la que se le otorga un caprichoso juego de sombras. Buena música de fondo, rock clásico, de los ochenta, noventa, y mas actuales, algo de hard rockl... y a un nivel estupendo que me permitió charlar muy agusto con mi chico, mientras nos tomabamos una pinta de Grimbergen tostada cada uno, que me supo buenísima, muy bien tirada, como manda la tradición!. Yo adoro beber dentro de estos locales, porque me transportan, pero a este en concreto, voy a volver para probar a tomarme una en la terraza, que a propósito, es genial, con alfombra de cesped y todo. :) Lo que no se puede negar es que los precios son un poco mas elevados que en un bar normal... claro en que un bar normal quizás no tengan la misma variedad de marcas y cervezas como en este y otros locales similares, lo que les hace peculiares a mi modo de ver.