Cenar en este bar, con sus maravillosas vistas de The seventeenth century Vauban ramparts, es una oportunidad magnífica para sus clientes. La clave de De Mande está en su cocina belga. Los comensales de este lugar aseguran que su pollo con patatas fritas puede calificarse de sabroso.
Una serie de críticos creen que aquí el personal es cortés. La mayoría de visitantes apuntan que el servicio es gratificante. Su bonita atmósfera no va a atraer a muchos curiosos. Muchos asiduos que usan Google no le dieron a este lugar una nota muy alta.