Templo de San Juan de Dios es algo que no puedes perderte después de disfrutar de una comida increíble en este restaurante. Carpe diem: su cocina española te está esperando. La Parranda Pequeña sirve un generoso laing.
Una falta de educación, con una reserva pasan de nosotros, con las prisas se van pasando el marrón de recolocarlos porque no han apuntado la reserva. Nos dicen que sigamos a un camarero que desaparece y a los 5 minutos de estar en la calle viene a echar la la bronca que no lo habíamos seguido lo suficientemente rápido y cuando me cabreo me dice "que lo estoy poniendo en un brete". Nos fuimos inmediatamente, no vuelvo jamás.
Todo estaba impresionante, el solomillo, la pasta de pulpo, las verduras a la plancha, el tártar de atún, el pastel de verduras, los paparajotes... Impresionante!
Este sitio es sencillamente excepcional. En un lugar privilegiado, entre la plaza de San Juan y la del Cristo del Rescate, podéis encontrar una de las pequeñas joyas de la restauración murciana!